Las postrimerías de enero. Días, mañanas y tardes. Trabajo e incertidumbre. Esperar y hacer. Aunque le toca a la vida mover las fichas del tablero de juego, no he descansado...sigo jugando en otros frentes; porque no importa cuanta desesperanza te rodee, debes seguir. Destruirte, reconstruirte, seguir, avanzar y aprender en cada tropiezo y en cada acierto. No parar, ir más lento o más rápido, pero no parar. Porque no hay meta, pero sí nuevos puntos de partida para dejar que las cosas discurran, sean.
Así que a ponerle ganas al nuevo mes que comienza y ha seguir esa dirección difícil...aquella que usa el salmón y a sonreír con esos minúsculos hechos cotidianos que solemos dejar pasar sin prestarles atención y que pueden ser maravillosos.
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