Cierto personaje decía que mientras más conoce a los hombres más quiere a su perro...la verdad es q mi mascota (bueno TECNICA y LEGALMENTE el dueño es el Ursus) está destruyendo la frase célebre a punte mala actitud, pero por alguna extraña razón me es imposible dejar de sentir afinidad rayana en devoción por los canes. Grandes, chicos, con más abolengo que toda la familia junta o más mestizos que paleta de pintor, pelados o peludos, estos cuadrúpedos descendientes de lobos se han hecho un huequito en nuestras mandas humanas y nos enlazan con esa naturaleza que cada vez retrocede y se va perdiendo en la urbe. Y sí...espero que la leyenda sea verdad, ¡la mayoría se lo merece!
3 comentarios:
No hay samoyedos malos, sólo hay samoyedos incomprendidos...
bau..bau...bau...bau...
Dínoslo a nosotros dueños de los golden raros:
El mas vago de todos.....
Y la versión en golden de la hienna del rey león (perdón arwencita)
Pero igual.... yo sólo perros he de tener!
Sabes? Una vez leí que todos los perros son agentes de la Iglesia Metodista y hablan frances. Aunque parezca tonto, lo creo. Es muy posible que, arriba y abajo del planeta los perros se hayan introducido en la sociedad humana con algun misterioso propósito. Si es así, lo están logrando maravillosamente!
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